lunes, 9 de enero de 2012

Too big to fail

Esta película de HBO,  dirigida por Curtis Hanson, cuenta con un reparto de lujo y una trama escabrosa que la convierte en una de las indispensables del recién finalizado año.
Basada en el best seller de Andrew Ross Sorkin, el film comienza con la caída de Bear Stearns y asistimos a la quiebra de Lehman Brothers en octubre de 2008 así como a una auténtica lucha urgente por parte de Hank Paulson  para evitar el origen de la crisis económica actual buscando una fusión con otros bancos, entre ellos el británico Barclays. En el tiempo récord de una semana vemos cómo Paulson tuvo que presentar un plan de rescate para la aseguradora AIG por 700.000 millones de dólares. El congreso norteamericano tuvo que autorizar la compra –con dinero del contribuyente- de los activos tóxicos de bancos norteamericanos y así evitar su quiebra.

El film de HBO hace parte responsable del crack financiero a las agencias de rating (S&P, Moody’s, Fitch) debido a que, con sus notas de excelente solvencia a las entidades que quebraron,  nadie podía haberlo visto venir. Sin embargo he de añadir, que las agencias de calificación cobran a esas entidades a las que califican, y son contratadas por las mismas. De igual forma, si una empresa encarga una auditoría externa, la empresa contratada –siempre que quiera cobrar y volver a ser contratada en años sucesivos- confeccionará los informes según las pautas de su cliente. Creo que, en mi próxima vida, pondré una empresa de rating. Tan sólo tienes que dar la triple A en todo momento y luego pasar la minuta. Y si te preguntan, siempre puedes decir que tú sólo estabas dando tu opinión. El chollo que siempre he querido.

Merece la pena verla en inglés, aunque los subtítulos dejan mucho que desear. Parece ser que la subsidiaria de HBO para Latinoamérica tiene su sede en Caracas, y que además tenían mucha prisa en que esta película se estrenara prácticamente a la vez en EEUU y en Europa, y la premura ha dado lugar a barbaridades como que Hank Paulson sea Ministro de Hacienda, cuando en realidad era Secretario del Tesoro. Asimismo, en una escena en el punto más álgido de la crisis, Hu Jintao informa a Paulson que los rusos tramaban la venta masiva de bonos de Fannie y Freddie (Fannie Mae y Freddie Mac, las entidades gubernamentales (otrora privadas) que avalan las hipotecas en EEUU). El subtitulador convierte los bonos de Fannie y Freddie en acciones lo cual cambia el contenido considerablemente. También hay errores imperdonables, como el americano trillion que se convierte en un trillón, y algún detalle técnico más que podría haberse solventado con un diccionario especializado o incluso con cualquier Oxford de estar en casa. En cualquier caso,  animo a verla en versión original aunque sólo sea por no perder ni un ápice de la acción.

lunes, 2 de enero de 2012

Nuevas medidas económicas con el cambio de gobierno

El actual Ministro de Economía, Luis de Guindos, ha anunciado las nuevas medidas adoptadas por el Ejecutivo ante el panorama del déficit público en España que es muy posible que sobrepase el 8%. De esta forma, el Ministro justifica la subida de impuestos aunque, por el momento, no prevén una subida del IVA. Los más alarmistas ya están acusando a este gobierno de adoptar medidas que favorecen a "los de siempre", de actuar como el anterior gobierno socialista, incluso de contradicción con respecto al programa electoral que utilizó Rajoy al principio de su campaña.
Aunque no estoy de acuerdo con el Sr. Conthe (http://www.expansion.com/blogs/conthe/2011/12/31/patriotismo-pagar-impuestos.html) en que el patriotismo se refleja pagando impuestos, sí comparto al cien por cien su aseveración de que es más fácil subir los impuestos que reducir el gasto público que, sin duda, lleva más estudio y tiempo y que, en cualquier caso, sí debería el nuevo gobierno reflexionar sobre ello y adoptar medidas dirigidas a una reducción drástica del gasto público.

Entre tanto devenir, las fiestas navideñas y las inminentes rebajas, la gente no ha hecho más que hablar de la subida del IRPF, del déficit y de la (no subida) del IVA. Sin embargo, nadie comenta la medida que, a mi juicio, es absolutamente injusta y contraproducente y cuyas consecuencias van a ser demoledoras en un futuro no muy lejano. Me refiero a la decisión de prorrogar la ayuda de 400 euros a los desempleados sin ingresos (declarados, claro) que dejen de percibir la prestación por desempleo a partir del 15 de febrero. Esta prórroga es sine dia y se aplicará de forma indiscriminada a todos los desempleados que hayan agotado los veinticuatro meses máximos de prestación por desempleo. He de añadir que la medida me ha sorprendido, y más viniendo de un gobierno popular. Es sabido que las ayudas por desempleo no sólo no promueven el empleo, sino que lanzan un mensaje atroz: se premia al que no busca trabajo.
Debido al sistema actual de tributación en España, cada español paga unos impuestos (el mismo término lo dice: se trata de una imposición, lo cual no tiene nada que ver con la solidaridad) en función del salario percibido. El pago del IRPF no contempla una partida para pagar al empleado si alguna vez pierde (o deja) su empleo. Es más: un desempleado percibe una prestación media por desempleo de unos 21.596 euros anuales mientras que, cuando tuvo empleo, su cotización al IRPF era, con un sueldo medio de unos 30.000 euros anuales, un 25% de su salario, es decir unos 7.500 euros y, si embargo, ha percibido tres veces más. Al contrario de lo que muchos españoles creen, no es que el Estado guarde parte del salario de los trabajadores para cuando estos se queden sin empleo. Más bien la base de cotización se utiliza en distintas partidas, pero aunque en la nómina se nos indique un epígrafe referente a la prestación por desempleo, sería lo mismo si pusiera "mantenimiento de los coches oficiales", aunque sin duda el efecto que se persigue es que el trabajador lo pague de manera más "conforme". La ayuda por desempleo no es un derecho, sino una ayuda, ya que no se trata de un sistema contributivo, no es un sistema de capitalización. Si así fuera, todo desempleado percibiría lo que pagó en su día, mientras que, de momento, el gobierno paga lo que que entiende que cada uno debe percibir, matizado por el dinero que hay disponible en ese momento y, sin duda, la cercanía a las elecciones. Ahora bien, las elecciones ya han pasado, y el gobierno popular decide aplicar esta nueva medida que nos sorprende muchísimo a algunos, ya que por una parte, en algún momento, y con un país de casi 5 millones de parados, esta percepción no podrá seguir pagándose, ya que hay partidas que no serán suprimidas antes que esta. Por otra parte, huelga hablar de lo fácil que les resultará a algunos "no encontrar" trabajo. Está claro que con 400 euros no quiere vivir nadie, pero si estos 400 euros vienen por no hacer absolutamente nada, y a muchos les permite, junto a alguna ayuda familiar, seguir viviendo del cuento, no van a favorecer la creación de empleo. A los desempleados no hay que premiarles, sino apremiarles a que encuentren un empleo. En la mayoría de los casos, no percibir ninguna ayuda y, además, rebajar las expectativas, da lugar a que los desempleados pasen a la vida laboral activa. Muchos no renuncian a rebajar esas expectativas profesionales y salariales, especialmente cuando cuentan con una ayuda que permite que puedan vivir sin trabajar.

Ahora yo me pregunto: los que sí cotizamos y que somos los que, en definitiva, pagamos esas ayudas por desempleo y esos 400 euros vitalicios, ¿no tenemos nada que decir? Todavía no he visto a nadie llevarse las manos a la cabeza con esta nueva medida y, la verdad, me preocupa. El mensaje de que el que más trabaja y el que más dinero aporta a la sociedad es, finalmente, quien más tiene que aportar (a pesar de que no recibe nada a cambio) para poder soportar el desempleo de los demás, da lugar a que muchos trabajadores que están pagando hasta un 42% de IRPF (casi la mitad de su sueldo) sientan el peso de la responsabilidad sobre sus espaldas. Si un grupo importante de estos trabajadores que cotizan y a los que se les usurpa este cuarenta y tantos por ciento mensual decidiera ir a otro país con otras políticas sobre desempleo (EEUU, Reino Unido), me pregunto cuánto tiempo pasaría hasta que los desempleados dejaran de percibir esta ayuda. Lo que es impepinable es que las oportunidades de empleo comenzarían a "lloverles" a muchos. Quizá es lo que deberían hacer algunos: buscar nuevas oportunidades en países donde no se premie al desempleado, sino al que más trabaja.